Si estas considerando entre tus metas futuras llegar a convertirte en un profesional en la ruleta, resulta esencial que comiences a tomar en serio este juego. Primero dominando todas sus reglas básicas y estrategias, luego poniéndolas en práctica y poco a poco ir probando con tus propios sistemas y tácticas.
Cuando hayas conseguido acumular suficiente experiencia y te consideres diestro en el juego, verás como paulatinamente tu nombre se irá inscribiendo con mayor frecuencia en el listado de los triunfadores.
Por el contrario, si no te dedicas en cuerpo y alma a desentrañar y entender todos los misterios de la ruleta, te estancarás llegado ese punto y por siempre serás parte del grupo de los jugadores promedio. Para tener más éxitos que fracasos en este juego, se impone que perfecciones tus habilidades y esto se logra practicando y estudiando mucho.
Esta es una tarea ardua y prolongada, pero solo de esa manera podrás llegar a inventar tus propios métodos ganadores. Los jugadores de ruleta que ya pasaron esta etapa son triunfadores habituales, y en los casinos son conocidos como profesionales. Pero a estos expertos no solo los distinguen sus habilidades en el juego, también brillan por su personalidad y la conducta que mantienen dentro y fuera del tapete.
En tus visitas a los casinos dedica un tiempo a observarlos detenidamente, notarás enseguida que los profesionales tienen estas peculiaridades: Cuando pierden no se inmutan o al menos no lo reflejan, incluso en una racha muy mala se les suele ver impasibles como si fuera lo más natural del mundo. No se creen que pueden ganar siempre, están convencidos que la ruleta es un juego de azar para ganar y perder.
Despliegan un razonamiento matemático en cada jugada que realizan, sus estrategias están bien pensadas, confían en ellas, pero no dejan de reconocer que la buena suerte ayuda mucho. Son constantes y pacientes en la espera de los resultados de los sistemas y estrategias puestos en juego.
No suelen utilizar las estrategias más conocidas, utilizan las suyas propias o variaciones de los sistemas clásicos. Muy raramente se arriesgan a poner una mala apuesta, pues dominan a la perfección las estadísticas y probabilidades del juego. Cuando pierden reconocen que han sido vencidos por la ruleta.
Saben cuando retirarse de la mesa y lo hacen sin importar si en eso momento tienen ganancias o pérdidas. Juegan por diversión y por el placer de derrotar a la ruleta, jamás lo hacen por dinero. Comenzar a actuar de esta manera en la mesa de juego te irá acercando cada día más a llegar a convertirte en un profesional de la ruleta.
Por el contrario, si no te dedicas en cuerpo y alma a desentrañar y entender todos los misterios de la ruleta, te estancarás llegado ese punto y por siempre serás parte del grupo de los jugadores promedio. Para tener más éxitos que fracasos en este juego, se impone que perfecciones tus habilidades y esto se logra practicando y estudiando mucho.
Esta es una tarea ardua y prolongada, pero solo de esa manera podrás llegar a inventar tus propios métodos ganadores. Los jugadores de ruleta que ya pasaron esta etapa son triunfadores habituales, y en los casinos son conocidos como profesionales. Pero a estos expertos no solo los distinguen sus habilidades en el juego, también brillan por su personalidad y la conducta que mantienen dentro y fuera del tapete.
En tus visitas a los casinos dedica un tiempo a observarlos detenidamente, notarás enseguida que los profesionales tienen estas peculiaridades: Cuando pierden no se inmutan o al menos no lo reflejan, incluso en una racha muy mala se les suele ver impasibles como si fuera lo más natural del mundo. No se creen que pueden ganar siempre, están convencidos que la ruleta es un juego de azar para ganar y perder.
Despliegan un razonamiento matemático en cada jugada que realizan, sus estrategias están bien pensadas, confían en ellas, pero no dejan de reconocer que la buena suerte ayuda mucho. Son constantes y pacientes en la espera de los resultados de los sistemas y estrategias puestos en juego.
No suelen utilizar las estrategias más conocidas, utilizan las suyas propias o variaciones de los sistemas clásicos. Muy raramente se arriesgan a poner una mala apuesta, pues dominan a la perfección las estadísticas y probabilidades del juego. Cuando pierden reconocen que han sido vencidos por la ruleta.
Saben cuando retirarse de la mesa y lo hacen sin importar si en eso momento tienen ganancias o pérdidas. Juegan por diversión y por el placer de derrotar a la ruleta, jamás lo hacen por dinero. Comenzar a actuar de esta manera en la mesa de juego te irá acercando cada día más a llegar a convertirte en un profesional de la ruleta.

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